Mi esposa
La veo ahí, dormida
donde antes
solo fue arena que se
escapaba
con la música de un
mar inventado,
su espalda me
recuerda un amanecer,
o un paisaje que no
puedo dejar de ver,
ahí donde antes solo
había una garganta
que se ahogaba de
tantos pensamientos,
de tantos mundos
inventados y gastados
de recorrerlos sin
poder traerlos a la realidad
la veo ahí, corpórea
y etérea como música,
solo en los sentidos
se desliza, se describe en mis manos
y mi piel, y muy
dentro dormida mi hija sueña
que vine desde mis
pensamientos mas lejanos
a quedarse en un
mundo que ya no deseo
inventar mas, pues ya
tiene su propio cuerpo.
Antes del nacimiento de mi hija.
Pobre estirpe
Allá
afuera morirán los hombres,
Envenenados
por sus propios vicios,
Atormentados
por las virtudes olvidadas,
Que
reclaman el lugar que les pertenece
En
sus miserables vidas.
Allá
afuera morirán los hombres,
Uno a
uno, morderán el putrefacto olor
de su
existencia, y envenenaran el agua
Que
aun brota de sus venas, con lasitud
De
cementerio olvidado hasta por los pájaros.
Allá
afuera morirán los hombres, con los ojos
Fijos
en sus cuerpos que los dejan,
Por
que serán rescatados por los gusanos
Para devolvérselos
a la madre tierra.
La
madre llora el infortunio de sus hijos
Que
se han vuelto de piedra y fuego,
Que
han olvidado su origen y se revuelcan
En
ideas confusas que ensucian su cuerpo
La
voz antigua ya no les habla,
Han
pisoteado la lengua de los ancestros
y han
echado en sus copas las mentiras
que
se derraman de sus bocas hartándose
de
sus propios engaños que les devoran los ojos,
y les ciegan las manos para escribir sus vidas
y engordan el ego de sus vientres abultados
con engendros que se paren solos, por que hasta
su progenitor los ha engañado,
diciéndole que conservan los secretos
guardados de los ancestros.
Allá afuera morirán los hombres,
Por que a los poetas aun nos corre
Sangre por las venas de nuestros sueños,
Aun palpitan nuestras manos
Cuando miramos las injusticias de
En esta mí Nicaragua.
Deshoras
Desde
hace unos días que amanece
Mas
tarde en mis ojos, como si el reloj
De la
vida dejo de sonar para ellos.
Se
quedan dormidos soñando en el reciente
Pasado
que se derramo ante ellos
Esperando
en sueños de retinas olvidadas
Que
la realidad que ya no existe los despierte.
Desde
hace unos días que trago luciérnagas
Para
alumbrar mí pecho y verme por dentro
Para
buscarme entre la oscuridad de los días
Que
me tragan y me envuelven en una noche
Que
no cesa de caer, de azotar las ventanas
De mi
habitación que se encuentra en silencio
Solo
se escucha el triste sonido de esa sombra
que
se derrama por las paredes intentando
florecer
en ellas, intentando invadir la decoración
de
mis limites internos, escurriéndose en mis manos.
Los
caminos se desdibujan cuando los pliegues
De
las sabanas tienen que pagarse, y pagarse
Nuevamente,
temiendo que se vuelva vicio,
Porque
no puede llegar a ser mas que eso,
no se
vive desde afuera, la vida nace siempre
desde
el interior de algo o de alguien.
Desde
hace unos días que camino inerte
Sin
avanzar un solo pensamiento
Divagando
en lo que puede ser
En lo
que fue, y en lo que perdí.